La población de la aldea en la que realizamos nuestra labor no era autóctona de allí. Son guatemaltecos que vivían antes de la guerra civil de Guatemala en el norte de Guatemala. Cuando estalló la guerra muchos se hicieron guerrilleros, y mas tarde se refugiaron en el sur de Mexico, en Chiapas. Hace 11 años se trasladaron a la aldea Nueva Victoria y el estado les ayudó dándoles tierras para que pudieran auto-abastecerse de comida y también construyó algunas casas. Más tarde, cooperantes españoles les enseñaron a trabajar la tierra, construir, cuidar ganado, etc. Gracias a eso, esta comunidad a podido tirar adelante sin tener que depender de las fincas. Las fincas son extensiones inmensas de terreno con plantaciones de caña de azúcar, donde trabajan muchos guatemaltecos por salarios mínimos. Según nos contaban, una jornada de trabajo de 10 horas se pagaba a 40 quetzales, es decir, menos de 4€. Eso hace que las diferencias entre ricos y pobres sean enormes. Pascual (en la foto), el albañil que dirigió las obras, fue guerrillero, y llegó a tener un alto rango dentro de la guerrilla.
Guardamos a todos los habitantes de las aldeas un gran cariño.
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