Ya estamos toda la expedición de vuelta a nuestras casas. Únicamente Kajetan, el polaco, aún está en Zaragoza. En breve cogerá el avión que le llevará de vuelta a su patria. Ha sido una experiencia increíble. Rubén aún quería quedarse un mes más. Fernando sigue tocado. Y Lucas está melancólico. La verdad es que un viaje de estos no deja indiferente a nadie. Poder convivir con la pobreza, en un mundo radicalmente distinto al nuestro, con el cariño de tantos guatemaltecos a las espaldas, hace que uno no desee volver a su casa.
Sin embargo, las mamás estarán contentas, ya que sus hijos están de vuelta a sus casas sanos y salvos. Hablando de mamás, quiero agradecer a varias mamás lo que han echo por el éxito del campo de trabajo. La primera de todas es la madre de Ramón. Ramón no pudo ir al campo de trabajo este año, pero apoyó toda su realización, y su madre nos ha apoyado moralmente y económicamente. ¡Muchas gracias por tu ayuda! Otra madre que nos ayudó fue la de Jesús Pérez, que nos proveyó de material para repartir en Guatemala (ropa, termómetros, gafas, etc). Ha ido de maravilla. Gran parte de la ropa que nos dio ha ido a un internado donde viven niños huérfanos que muchos no disponen de la ropa más indispensable.
En la siguiente entrada irá una lista de agradecimientos más extensa. Este campo de trabajo a salido gracias a la ayuda de mucha gente, y es de justicia que tengan un espacio en este blog.
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