miércoles, 12 de mayo de 2010

Adolfo Marroquín, un hombre volcado a los demás


Hoy he pensado que podía hablar de la persona que fue nuestro guía durante el campo de trabajo que hicimos por primera vez en 2008. Se llama Adolfo Marroquín, pero sus amigos le llaman Padre Fito. Padre, porque es un sacerdote, y Fito, por ser el diminutivo de Adolfito. Padre Fito es un sacerdote guatemalteco que vive en Chimaltenango. Es uno de los curas que se encarga de atender la ciudad de Chimaltenango, y las innumerables aldeas que rodean a la ciudad. Es una persona que vive para los demás. No solo en lo que se refiere a la atención pastoral, sinó que tiene una gran inquietud social que busca ayudar a toda la gente que sufre a su alrededor. Mucha gente de Guatemala le debe la vida, por ejemplo Eula (Eulalia). Eula es una de las empleadas de la parroquia de Chimaltenango. Hace dos veranos tuvo una apendicitis que derivó después en peritonitis. Pagar una operación de estas características, es imposible para la mayoría de la población de Guatemala. Padre Fito, se encargó de buscar dinero para que pudiera operarse y así salvar la vida. Este sacerdote también da de comer a mucha gente que no tiene dinero. A puesto en marcha un programa de apadrinamientos para niños huérfanos, ayuda a chicos que no tienen dinero para que puedan estudiar, etc. Uno de sus sueños es montar un hospital en Guatemala para gente sin recursos. Que sea gratuito. Esperemos que su sueño se haga realidad pronto.

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